Ayer, intrigado por un resultado numérico anómalo, una serie de puntos que variaban rápidamente, decidí calcular mi modelo para todos los valores de un parámetro. A la una de la mañana, obtuve el Rostro del Caos, mirándome fijamente y sin parpadear.
Jamás creí que alguna vez uno de mis hijos intelectuales fuese tan hermoso, nunca imaginé que tal belleza saliera (por casualidad, como el burro y la flauta) de mis esfuerzos.
2 comments:
Realmente es bonito, sí señor.
Una de las (pocas) cosas que recuerdo con más agrado de la carrera era el trabajo de laboratorio, la recolección de datos, la representación e interpretación gráfica. Y por otra parte, la asignatura en la que dábamos los atractores, puntos de silla, etc, en la que hacíamos unos trabajos con unas gráficas realmente bonitas. Y que surgieran del propio esfuerzo las hacían todavía mejores.
Gracias, gracias, Iar.
Me hubiese gustado dar una asignatura así. No tuve nada parecido. Pero eso hace doblemente valioso el gráfico.
Voy progresando con el análisis.
Abrazos.
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