Monday, December 22, 2008

Nunca, jamás, por nada del mundo olvidemos



En estas fechas de barrigas llenas y familias cercanas no olvidemos que en un paisucho africano la gente bebe literalmente agua de mierda, sin sistema hospitalario, con la inflación más alta del planetay brutalidad policial rampante, dirigida a miembros de la oposición, mientras el estado en lugar de satisfacer las necesidades de sus ciudadanos, los usa de rehenes. En ese país Robert Mugabe ha dicho "Zimbabwe es mío", mientras miente descaradamente acerca de las cifras de la epidemia de cólera y sus lacayos lanzan excusas risibles acerca de guerra bacteriológica.

No nos permitamos olvidar, a pesar de toda la distracción y la retórica, que este engendro, vil tirano, déspota, psicópata, reina en un país que se cae a pedazos y en el que su palabra es ley. Qué pasa por su mente y que beneficio obtiene, lo ignoro, supongo que se alimenta de la miseria, el temor y la adulación. Pero, sobre todo, no olvidemos que este maldito ejemplo de lo oscuro de la condición humana, porque tanto usted como yo, lector, podríamos comportarnos de ese modo en las circunstancias correctas y con los necesarios ajustes de la química cerebral (pero, ¿seguiríamos siendo equivalentes a quienes somos ahora?), no dejemos caer en el olvido que Mugabe tiene en su poder una copia de la espada de Bolívar otorgada por Chávez en persona.

Es una suerte que el más allá no exista, en estos casos donde se violenta de tal modo un legado tan rico como el de Bolívar, asociandólo con un psicópata genocida disociado de la realidad como Mugabe. Si en este gobierno hubiese conciencia y vergüenza, se darían cuenta que el gobierno de Zimbabwe calza perfectamente con aquellas lineas de nuestro "glorioso" himno nacional: "El vil egoísmo que otra vez triunfó". Una pena que el día de la gloria luzca lejano para la cansada, enferma, aterrorizada y vejada población de Zimbabwe.


1 comment:

Anonymous said...

Mira que la imagen habla por sí sola, eh... pero tu texto es más contundente todavía. No olvidar es la consigna.